El Centro de Interpretación Chico Cabrera busca poner en valor la figura de Bernardo Abujeta Cabrera conocido como “Chico Cabrera”, uno de los bandoleros más famosos de la región.
En este espacio de 55 metros cuadrados el visitante tendrá la oportunidad de descubrir la historia de este personaje, su contexto y las hazañas más famosas a través de varios paneles y videos.

 

La Extremadura del S.XIX: la riqueza en mano de los terratenientes

El primer panel nos cuenta el entorno económico y social de la época. Bernardo Abujeta nace en una Extremadura que arrastra las heridas de la guerra de la Independencia y cuya economía dependía de la agricultura. La sociedad de la época está formada por un número muy reducido de terratenientes que tenían todo el poder y un estamento de agricultores, yunteros y jornaleros que no tienen acceso a la propiedad de la tierra. Este panorama de desigualdad social conforma el escenario perfecto para que, personajes como el chico Cabrera, se vean empujados a dedicar su talento y habilidades al bandolerismo.

El Tajo y la Sierra de San Pedro: cuna del Chico Cabrera

El siguiente panel, explica el entorno geográfico en el que nace el Chico Cabrera. El terreno agreste y encajonado del Tajo, así como la Sierra de San Pedro fue el entorno ideal para que este personaje moviese durante su época de bandolero ya que era fácil esconderse de la Guardia Civil.
La visita continúa contextualizando el contrabando en la región. Se trata de una actividad una actividad habitual en el territorio fronterizo entre España y Portugal. Este comercio clandestino estuvo amparado por las sociedades locales y era realizado, en general, por la clase más humildes.

Bernardo Abujeta Cabrera: un bandolero de los pies a la cabeza

Una vez descrito el contexto social y económico, así como su emplazamiento geográfico nos encontramos con la figura del bandolero vestido con los ropajes típicos confeccionados por las mujeres del Taller de Costura de Herreruela.

 

Calzón y faja: El calzón llegaba a la rodilla y está sujeto con una faja colorida alrededor de la cintura.

Camisa y chaleco: La Camisea era la prenda básica de la indumentaria popular. Por encima se ponía el chaleco.

Pañuelo y sombrero: El pañuelo cubría la cabeza y se ataba por detrás del cuello. El sombrero tradicional de los bandoleros, llamado calañés, tenía el ala vuelta hacia arriba y copa en forma de cono.

Marsellés: Chaqueta corta hasta la cintura. La prenda más icónica y personal de cada bandolero. Solía adornarse con pasamanería y caireles de puntas metálicas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Conoce la vida de “El Chico Cabrera”

Bernardo Abujeta Cabrera nace en Brozas entre 1833 y 1835. Su futuro está predestinado antes de nacer: trabajar como jornalero en la tierra de los ricos terratenientes de la comarca. En su juventud trabaja como jornalero en varias fincas, pero su vida da un vuelco cuando debe huir de la ley y se convierte en El Chico Cabrera, salteador de caminos y ladrón de ganado.

Tal era su talento que el terrateniente y alcalde de Malpartida de Cáceres Fernando Mogollón le ofrece inmunidad ante la ley a cambio de convertirse en su guardaespaldas personal y responsable de sus tierras. Pero la suerte del chico Cabrera se tuerce una vez más y se ve obligada a retomar la vida de bandolero.

La Guardia Civil va tras él e intenta cazarle en varias ocasiones hasta que, consiguen hacerlo y le encarcelan en el penal del Puerto de Santa María, Cádiz. Para pertenecer al club de los bandoleros míticos, El Chico Cabrera debe escapar de la cárcel y lo hace en 1873 cuando van a trasladarle de prisión. Consigue escapar y vuelve a su tierra para retomar su carrera.

Los años de bandolerismo terminan cuando es delatado por un molinero y es sorprendido por la Guardia Civil. Aunque intenta escapar de nuevo, el fugitivo cae abatido por la Guardia Civil quienes deciden imponerle un último castigo. Su cuerpo es expuesto durante un día entero en la plaza vieja de Brozas para advertir a todos los que piensan seguir sus pasos.

Descubre las leyendas alrededor del Chico Cabrera

Igual que otros bandoleros de la época El Chico Cabrera se convirtió en una la leyenda y todo el mundo sabía de él. La gente humilde le consideraba como uno de los suyos porque atacaba a la clase privilegiada y se burlaba de las autoridades.

La tradición oral le atribuye varias hazañas y en el último de los murales el visitante puede descubrir alguna de ellas. El Chico Cabrera se encargaba de premiar a los que le ayudaban y castigar a los que no. Otra de las historias cuenta que el bandolero pidió a unos pastores dormir con ellos. Los pastores le reconocieron y le invitaron a cenar justo cuando la Guardia Civil se presentó a preguntar por él. Fue el mismo Bernardo el que les dijo que por ahí no había pasado nadie y les invitó a cenar con ellos. Cuando la Guardia se fue agradeció el silencio a los pastores con un saco de monedas de oro.

Sin embargo, El Chico Cabrera era capaz de vengarse de los que le traicionaban. Una vez, un pastor le negó un vaso de agua y le denunció a la Guardia Civil así que, Bernardo le obligó a beber taza tras taza de agua hasta que le suplicó clemencia.

Además de todos estos paneles, el visitante puede ver dos audiovisuales. El primero de ellos recrea algunas de las escenas de la vida cotidiana del bandolero y en otro, se recogen testimonios de los vecinos de Herreruela que narran las historias que han ido pasando de generación en generación sobre El Chico Cabrera.